“La Paz sobre la tierra empieza
en el vientre de la madre”, afirma rotunda la escritora brasileña Evania
Reichert que anda estos días por España promocionando su libro Infancia, la edad sagrada (Ediciones La
Llave). Hace tiempo que no cae en mis manos un libro sobre crianza, los leí
y mucho cuando nació Pitagorina y así devoré los más que conocidos Bésame
mucho, Qué esperar cuando se está esperando, Doctor Spock, mi niño no me come,
no me duerme, etc. De todos ellos saqué mis propias conclusiones, con unos
estaba más de acuerdo que con otros y, al final, como siempre digo, a ser madre
te enseñan tus hijos. Pero en líneas generales, si me preguntas, yo defiendo
cien por cien la crianza con apego, es que no la concibo de otra manera.
He leído con interés la
entrevista que La Vanguardia realizó a la autora; son varias las revistas que
se hacen eco de su libro y es por lo menos muy interesante el artículo que le
dedica la revista Mente Sana. Así, Reichert habla sobre “la desnutrición
emocional de nuestra sociedad”. Cómo de importante es el apego y la presencia
afectuosa de los padres en los tres primeros años de vida y la involución que
sufrimos los países ricos que hemos adoptado el modelo a distancia de crianza
anglosajón. Ante la imposibilidad de una conciliación real, muchas familias no
tienen más remedio que dejar a sus pequeños con 4 meses en la guardería.
Estamos recortando infancias y adelantando una madurez que no se corresponde a
la edad de nuestros hijos.
Me llama la
atención que en el país de la autora, Brasil, no sin una dura lucha detrás han
conseguido seis meses de baja maternal, que si bien dista mucho de los dos años
de Suecia ya quisiéramos nosotros. Los gobiernos de turno, indiferente sus
colores, luchan por tener más guarderías. “Tenemos que conseguir el 90% de
escolarización de 0 a 3 años”, decían no
hace mucho y los grandes empresarios abogan por construir guarderías en sus
centros de producción. Pero vamos a ver, es que nadie se da cuenta de que
cuestan más las bajas por depresión que por maternidad. Cada vez tenemos más
niños diagnosticados con hiperactividad, estrés, depresión y un alto fracaso
escolar. ¿Podemos invertir un poco más de tiempo en la crianza de nuestros
hijos?, ellos son la base de una futura sociedad más sana.
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