Pitagorina crece a pasos
agigantados y no lo digo sólo porque vea como su pichi se acorta, me diga que
le duelen los zapatos o tenga que salir a comprar pantalones si no quiero que
vaya como para un día de pesca. Pitagorina
crece porque se pregunta y me pregunta, porque se cuestiona y me
cuestiona, porque reflexiona y hace que yo reflexione.
Esta ha sido la semana fantástica
de preguntas oportunas cuando menos te lo esperas. Y piensas que estás
preparado como padre o madre para responder en cualquier momento, pero no es
así. Sin ir más lejos, regresábamos en coche la otra tarde de una actividad
cuando saludamos a nuestros vecinos de la calle de atrás.
La amiguita de mis hijas dijo: _son novios.
Mi pequeña no se percató pero mi
mayor respondió a su amiga: _no digas tonterías, si son dos chicos.
Su amiguita insistió: _ son novios Adri, me
lo ha dicho mi mamá.
Al volante, la pregunta, claro
está: _ ¿mami, a que dos chicos no pueden ser novios?
Recordé entonces algo que había
leído sobre cómo contestar a los niños si no sabes cómo hacerlo: _ Buena
pregunta, cariño. Ahora en casa lo hablamos. Respondí entusiasmada mientras meditaba preocupada
cómo le iba a explicar a mi hija de
siete años que el amor va más allá de Pocahontas y el capitán Smith.
Curiosa como es, cuando llegamos
a casa insistió. Y sí, le dije, nuestros vecinos son dos chicos que se quieren
mucho y viven juntos. Las personas se quieren y deciden compartir su vida y
forman familias diferentes. Eso es todo.
Creo que respondí adecuadamente pues
Pitagorina pareció conforme y ayer saludó a sus vecinos como lo ha hecho
siempre. Los niños son más capaces que nosotros de comprender, de
empatizar y de asimilar. Sencillamente
asumen con naturalidad. Eso sí, sea lo que sea que te pregunten, no les dejes
sin respuesta. Entonces sí que estarían confundidos.
Muy buena respuesta... tu hija tiene mucha suerte de tener una mama que es capaz de darle una respuesta a cada pregunta... o casi jeje
ResponderEliminarGracias por los consejos.. hoy me siento un poco mejor