miércoles, 7 de marzo de 2012

El molde de las galletas no es para tus hijos


La estrategia del molde de las galletas no es valida para nuestros hijos. Eso lo tengo clarísimo. Cuando Pitagorina y Pizpireta no eran más que dos bebés yo acumulaba grandes proyectos para ellas y la clara certeza de ofrecer a ambas las mismas oportunidades. A medida que van creciendo me doy cuenta de que eso no es del todo factible. Me explico: en la medida de lo posible les ofreceré iguales oportunidades pero con seguridad que por caminos distintos.

dibujo: Daniela Martínez
Lo que inspira a un niño puede desanimar a otro. Nuestros hijos son únicos y diferentes. Estoy convencida de que la artista de mi familia es mi hija pequeña. Podría decorar las paredes de casa con sus alegres, vitales y coloristas dibujos. Mirad qué retrato me hizo ayer en un pispas. Si papá pinta una habitación, ella es la primera en coger la brocha, si hay que arreglar algo “yo te ayudo mamá”. Sus regalos preferidos han sido una caja de herramientas y una caja de pinturas “de profesional, mami” porque como bien decía no hace tanto “yo de mayor quiero ser pinturera”.

Pitagorina detesta pintar, ella prefiere zambullirse en un libro u observar la naturaleza y adoptar bichos. Igual le hace una casa a una mariquita que le da de comer a una lagartija para desesperación mía que tengo pánico a todo eso pequeño que se mueve.

Ahora son pequeñas pero apuntan maneras, tendré que seguir observándolas y escuchándolas, valorando sus cualidades y respetando sus diferencias. Se van construyendo en mi casa dos personitas, paso a paso, cada día.





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