imagen: cosasdeniños.com |
La tele se ha convertido en una
especie de supernanny audiovisual, para algunos padres puede resultar un gran
aliado, una especie de canguro que da un respiro y mantiene mágicamente a los
niños literalmente pegados al sofá. Y así, sin darnos cuenta, nuestros hijos
que entre los cuatro y catorce años consumen una media de dos horas frente al
televisor, absorben, se empapan, aprenden e imitan todo aquello que ven.
Que la televisión se convierta
en un aliado o en enemigo en la formación en habilidades, comportamiento y
actitudes de nuestros pequeños depende
de nosotros los papás. A su edad no pueden convertirse en “los reyes del
mando” y debemos enseñarles a ver la tele, a escoger contenidos y explicarles
aquellas cosas reales o fantásticas que pueden no entender.
Los profesionales recomiendan que
los padres veamos con nuestros hijos los programas o dibujos y determinemos si
se ajustan o no a los valores que queremos que nuestros pequeños adquieran.
imagen: verdibujosanimados.net |
Pese a que cada vez es más fuerte
la lucha por un horario de protección audiovisual a la infancia, la parrilla de
programación está totalmente desorganizada y pasamos de dibujos orientados a
niños de 5 y 6 años a programas preadolescentes en cuestión de minutos. Es
difícil, pero ahí estamos nosotros. A cada edad su programación. Series como
Hannah Montana, o Patito Feo no hace tanto, se vuelven referentes para niñas de
siete y ocho años cuando éstas van destinadas totalmente a adolescentes. “Mami,
que todas mis amigas lo ven”, decía Pitagorina y menuda lucha la mía para
desmarcarla de las divinas y las populares. Y es que todo responde a una
estrategia de marketing bien organizada, adelantamos a los peques en contenido
y pronto dejan de pedir chuches y gominolas para demandar ropa determinada,
videojuegos, etc. No hace falta que te cuente que entre las niñas de seis años
hacen furor las muñecas con una estética totalmente preadolescente: las
monster, las barbies, las moxy girls, las bratz, etc.
Más de lo mismo sucede con series
como South Park o los Simpson, destinadas a un público adulto y que se consume
en familia. Nada, sólo os dejo que lo reflexionéis. Feliz lunes.