Ilustración: Stephen Mackey |
Ayer mi amiga María se emocionó al recibir una felicitación de Navidad de lo más tradicional. Ahora que todo lo whatsapeamos y reenviamos mensajes a nuestros contactos de manera automática, sin tiempo para pensar, sin pararnos a personalizar, abrir el buzón y encontrar una felicitación más allá de la de El Corte Inglés, es de agradecer.
Este año, he querido personalizar mucho mi árbol de Navidad. Bueno, es que este año me siento con la responsabilidad de irradiar felicidad a los míos. Así que se me ha ocurrido una idea fantástica que ha encantado a mis hijas y a sus amigos y a la que se han añadido familiares y vecinos. He salido al jardín, he cogido una escalera, me he puesto el gorro porque el frío aprieta mucho y he decorado mi olivo. Nada tiene de especial, cierto, lo que ocurre es que lo he convertido en un ÁRBOL DE LOS DESEOS, y se está llenando de pequeños o grandes, no sé, deseos envueltos en papel celofan o insertados en bolas de poliespan. Es maravilloso, recibir y colgar de mi árbol los deseos de mis seres queridos y de las personas que me acompañan cada día. Si estás cerca y te apetece, te presto mi árbol para tu deseo y si estás lejos, crea el tuyo propio.¡ Yo me lo estoy pasando pipa¡
ME parece una idea estupenda!! espero que se siga llenando de deseos
ResponderEliminarUn abrazo
Miri, cuánto tiempo. Te deseo una muy feliz Navidad¡¡¡
EliminarPrimera vez que me paso por aquí, lindo blog.
ResponderEliminarMe parece una gran iniciativa, y me imagino que ha quedado muy lindo el Árbol de Navidad.
saludos
felices fiestas.
Pues no dudes en quedarte Madre novata, será un placer acompañarte¡¡¡¡
EliminarLa mamá del túnel
¡Foto, queremos una foto!!!!
ResponderEliminarCierto Daniela, en breve la cuelgo¡¡¡¡. ABRAZOS¡¡¡¡¡¡
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