Ilustración Natahlie Jomard |
Abierto el túnel. Sol, arena y mar, que dice la canción. Cómo nos gusta escaparnos unos días de la rutina cotidiana, cómo les gusta después a los míos regresar a casa. Y a mi, claro, si no fuera porque tan pronto abro la puerta de mi hogar las vacaciones se me esfuman como un bonito sueño y me siento como en el desierto anhelando ya encontrar un nuevo oasis.
Llegamos abrumados por el tráfico que nos ha tenido un par de horas más de las debidas en el camino, hartitos ya del "veo-veoquéves", que mami sólo alcanza a ver carretera, coche, camión, cielo, cables. Encadenadas ya todas las palabras posibles, ya sabes: sapo, pomada, dado, domingo, gota.... y escuchando una y otra vez el disco de la temporada Disney, Violetta, que hasta el papá de las hadas se sabe la letra de todas las canciones. Retahilas de: mami tengo hambre, mami tengo pis, mami cuándo llegamos, mami cuánto falta. Y por fin, abrimos el túnel, llegamos a casa. Duchados todos, cenados todos, a descansar: deshaz las maletas, cuatro lavadoras, tres secadoras, el tendedero inviable porque está diluviando, la nevera desolada, a ver qué cocinamos mañana y lo peor, lo más terrible de todo: la plancha. Ese metal gris dichosamente orgulloso y echando humo que me mira combativa apuntando los montones de prendas de ropa que me esperan sin remedio. Ay sí, me encantan las vacaciones. ¡¡Siempre las necesito para recuperarme de las últimas¡¡. Hola paseantes, ya estoy de nuevo por el túnel.
Me he sentido totalmente identificada contigo....por eso esta Semana Santa he decido quedarme de vacaciones en casa, todo un lujo, disfrutar de la familia y amigos, procesiones y nada de cocinar,,, he disfrutado a tope. Prepararemos la maleta en el puente de Mayo.
ResponderEliminarBesitos.