Martta Wendelin |
Mi momento de leer la prensa del domingo. Diez de la noche, cuando las hadas duermen. Después de un fin de semana soleado y hermoso.
A veces me da miedo salir del túnel, ese refugio tan mío. A veces siento la felicidad en los pequeños detalles, en destellos. Yo me siento afortunada. Trato de captar momentos como si mi corazón fuera una poloraid, los quiero siempre para mi. Para que no me olvide de las risas, de los bailes de mis hijas, del desorden de sus juegos, del abrazo de su papá, para guardar los besos. Todos.
Regar las flores del jardín, tomarme un café a media tarde, jugar a médicos, profesoras y cazadoras de bichos. Preparar un bizcocho y estar molida por un no parar y tener mi momento Silvia, como lo llamo yo, pues eso, cuando cae la noche y me siento agotada. Pero dichosamente agotada.
Leer la prensa me asusta. Vivimos momentos difíciles
y sin embargo, yo arropo a mis hijas y las miro y me resisto a no ofrecerles un mundo mejor. Está en todos nosotros, debemos ser responsables de buscar la felicidad. No desistir. He recordado unos versos de Blas de Otero que aquí os regalo:
y salir hacia el mar, hendiendo el aire.
Hombres, levad los hombros
sonoramente, bajo el sol que nace."
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