En casa las hadas ya se acuestan
a las diez y no más tarde. Es mi sencilla manera de preparar su vuelta al cole.
Esa y organizar con entusiasmo sus mochilas, revisar sus nuevos libros de
texto, etiquetar su material. Hablar con ellas de lo divertido que será rencontrarse
con sus amigos, la cantidad de cosas nuevas que van a aprender, lo simpático
que me parece su nuevo profesor, la clase tan bonita que van a tener y otras
tantas cosas que les comento para que empiecen con fuerza las clases.
Madrugones, horarios y rutinas.
Nos toca a los papis echarles una mano para que se adapten con entusiasmo e
ilusión. Pitagorina ya cuenta los días y las horas para empezar de nuevo
mientras Pizpireta se resiste un poco más, “Se está tan bien en casa, mami”. Mis chicas cambian de ciclo. Andan nerviosas estos días. Paciencia mamis y papis y mucho, mucho amor. Ah y no olvides tu propio entusiasmo, que las palabras enseñan pero los ejemplos arrastran.
La verdad que la vuelta al cole tiene que ser toda una aventura, y más si se afronta con entusiasmo como bien dices. Es cuando el aprendizaje se convierte en un juego y una necesidad de saber más.
ResponderEliminarToda una aventura pero de las buenas¡¡. Ya te tocará. Un saludo¡¡¡
ResponderEliminarToda una aventura pero de las buenas¡¡. Ya te tocará. Un saludo¡¡¡
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