Hoy me ha dicho mi hija pequeña: "Estás preciosa mami. Tienes la piel tan suave... ¿Me guardas tus zapatos para cuando yo sea mayor?". Me la como, vamos. Frases así me las regalan asiduamente mis hadas pero hoy me he visto reflejada en ellas, me he reconocido a mi misma, pequeñita, con mis trenzas, mirando a mi madre. Por un instante he recordado lo que me gustaba el olor de su piel y cómo me reconfortaba refugiarme en su regazo después de un agotador día de juegos o de un difícil día de cole. Ahora que soy mayor, todavía la achucho y siento su fuerza. Infinita. Incalculable. "Mamá", una palabra tan corta y de tan inmenso eco.
ilustración: Noah Klocek |
Decía mi admirado Juan Ramón Jiménez:
Te digo, al llegar madre,
que tú eres como el mar;
que aunque las olas
de tus años se cambien y te muden,
siempre es igual tu sitio,
al paso de mi alma.
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