Ilustración de Juan Sebastián Amadeo |
Aunque digamos que no, los padres siempre queremos que nuestros hijos lleguen allí donde nosotros no llegamos. Muchas veces queremos entusiasmarles con las misma cosas que nos gustan o inculcarles aquello que nosotros quisimos hacer o ser. Diremos que no, pero nos gusta pensar que nuestro hijos son los mejores en deportes, los más buenos, los que mejores notas sacan, las más bonitas y los más guapetones. "Es un lince en mates", "el que más corre", "el que mejor nada", "la más buena". ¿Os suena?. Yo también entono el mea culpa. Deberíamos ayudar a nuestros hijos a desmontar ese yo tan tremendo que pasan construyendo los primeros años de sus vidas. Y es que si bien es necesario que tengan la autoestima alta, lo que necesitan tener es una autoestima sana.
Pues sí, tu amiguita nada muy bien ¿verdad?. No siempre van a poder ser los primeros, no pueden sacar siempre sobresaliente. Es bueno que lo sepan, que aprendan y no sufran si un día cometen un fallo, si se equivocan, si no son los primeros. Que se quieran y se sientan queridos por como son y lo que son. Que no tengan miedo a equivocarse. Si saben ver sus errores, aprenderán de ellos y valorarán más sus aciertos.
Justamente hace unos días tuvimos una discusión sobre esto con unos amigos. Todos decíamos que hay que premiar más a los niños y un amigo decía que odia la palabra campeón. "¿Por qué le vas a decir Campeón lo hiciste muy bien, si perdió, o no metió el gol?" Y nos fuimos todos a su cuello. ¡Estas loco! Ciertamente lo que tu dices es lo mismo, pero más lindo. Y hace que uno se ponga a pensar.
ResponderEliminarHola Daniela. Sigo pensando que es muy dificil acertar. Un abrazo enorme¡¡¡¡
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