domingo, 29 de septiembre de 2013

Descanso Dominical

Ilustración de Janet Hill
No puedo evitarlo. Me gusta ese desorden cálido, amable y otoñal que se produce en mi casa un domingo gris. Tan deprisa como vamos todos siempre entre semana: repletos de compromisos, actividades, muchas obligaciones. Momentos trascendentes o sencillos cambios, pero casi sin tiempo de aprender de ellos, de disfrutarlos o de incorporarlos a la rapidez de nuestra vida cotidiana. 
Cuando era niña no me gustaban nada los domingos. Les ocurre ahora a mis hijas que a su corta edad ya vislumbran el quehacer que les depara el lunes inmediato. Será que el tiempo nos va enseñando a detenernos un momento y ahora procuro dejarme invadir por todo lo bueno que tiene la vida para ofrecernos. 
Acabamos de preparar un delicioso bizcocho de chocolate, mi perrito Wilson calienta mis pies mientras escribo este post. No pretendo hacer hoy nada más que amar a los míos, se me antoja un plan dominical maravilloso. 





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