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Ilustración: Mónica Carretero |
Esta mañana he rebuscado entre los cuentos de las hadas para hacer un préstamo especial a uno de sus amiguitos que todavía no ha descubierto lo divertido que es leer. Su mami, una de mis grandes amigas, anda preocupada porque el pequeño que acaba de cumplir 7 se ha cerrado en banda a la lectura. "No sé qué hacer, en el cole dicen que tiene que leer y cuando le insisto, tenemos una mala tarde".
No he podido más que lanzarme en su ayuda y de paso me ha salido este post, porque el verano es sin duda la época más propicia para animar a los más pequeños a la lectura. ¿Difícil? no. Esta mamá lectora de hijas lectoras os deja con cariño algunas recomendaciones sobre cómo ayudar a los primeros lectores.
"A mis hijos no les gusta leer". Imposible. Eso es que todavía no han descubierto lo divertido que es y no ha caído en sus manos el libro que les abra las puertas al fascinante mundo de la lectura. Veréis, igual que cuidamos su alimentación desde que son bebés y vamos introduciendo los alimentos que han de tolerar, igual que primero llevan ruedines en sus bicis para después lanzarse sin ellos cuesta abajo, igual que seleccionamos los dibujos que ven según su edad o los deportes que practican, igual debemos cuidar e ir seleccionando lo que leen.
A cada edad, su lectura. La pequeña Pizpireta no puede leer todavía los libros de "Los cinco" que lee su hermana, porque se cansaría o los de "La Banda de Zoe" que chiflan a Pitagorina, por muy bonitos, ilustrados e impactantes que le resulten. Si lo hiciera, se sentiría frustrada porque le costaría avanzar o no entendería bien los diálogos. Suelo perderme un buen rato en la librería o quedarme en la biblioteca buscando los cuentos apropiados para ellas.
A los niños que empiezan a leer hay que proporcionarles cuentos que les gusten y sean de su agrado. No excesivamente largos y con una caligrafía apropiada.
En casa, igual que tiene juguetes y colores a su alcance, debe tener los cuentos y libros amano.
La lectura siempre debe ser un momento agradable, jamás debe constituir un motivo de enfado. "Tienes que leer o no hacemos esto..., si lees puedes ver los dibujos". Buscad un rato del día y sentaros juntos a leer. Primero puedes empezar tú la lectura de un nuevo libro, con emoción e interés y entonando adecuadamente, después ellos y así sucesivamente. La tan repetida frase "si tú lees, ellos leen", es bien cierta, aunque cada niño tiene su ritmo de lectura, su madurez y despertar a las letras. Leer al final se convierte en un hábito, en un deporte saludable que hay que practicar. No todos nuestros hijos van a ser atletas olímpicos de la lectura. La pequeña Pizpireta no lee ni la mitad de lo que lee su hermana y ambas viven en la misma casa, pero tiene el buen hábito de no poder dormirse sin leer un cuento. Todavía es pequeña pero sé que un día llegara ese libro que la cautive. Piratas, dinosaurios, princesas, bailarinas, barcos... no dejes de buscar cuentos que puedan ser de su interés. Llévalos a la biblioteca, déjalos palpar los libros en las librerías. Leed juntos. Mucho mimo y paciencia que para algo son primeros lectores.