martes, 14 de agosto de 2012

“Mamá, me aburro. Qué bien hija, te felicito. Ya verás qué bien te lo pasas”.

ilustración de Gustavo Dagnino

“Mamá, me aburro. Qué bien hija, te felicito. Ya verás qué bien te lo pasas”.

Fragmento de la conversación mantenida esta mañana con mi hija mayor, Pitagorina, desesperada porque empiece el cole. Cierto que las vacaciones son larguísimas y que me perdonen mis amigos, más de uno y dos, profesores. No he querido someter a mis hadas a campamentos de verano  ni otras actividades programadas. ¡Estamos de vacaciones! y necesitamos descansar y ¡aburrirnos!. Pero hasta la más campeona de las sirenas de la piscina, mi pequeña Pizpireta, se harta de tanto día en remojo. “Bien, he dicho, poneros a jugar que mami tiene trabajo pendiente en casa esta mañana”. Y mamá, dicho y hecho, ha dejado a sus hadas aburridas, ya me diréis, con la colección de casitas de playmobil, barbies, pin y pon y barriguitas entre otras, digna de servir para montar un complejo urbanístico de lujo. Aburridas, con sus bicis, sus patines, sus combas, colores, puzles y plastilinas. Y no sigo.  “Pero, ¿podemos ver los dibujos, mami?. Por supuesto que no, por la mañana no hay tele en casa. Joooo, mamá, pues ¡qué aburrimiento!”

Así que yo a lo mío, esperando que el aburrimiento hiciera efecto tal y como ha sucedido: las hadas, han hecho de sus toallas de piscina una cola de sirena y en el jardín, la mesa exterior les ha servido de roca a la que escalar. Una vieja sábana, atada con pinzas a la verja que sustenta la hiedra que cubre mi casa y  al tronco del perenne olivo, les ha servido de guarida después. “Mamá, que nos mudamos hoy a nuestra nueva casa, aquí en el mar”. Y yo, sonriendo, bendiciendo el bendito aburrimiento de mis hijas que les ha dado imaginación y creatividad para jugar e inventar toda la mañana.

Los papis nos empeñamos hoy en “ocupar” a nuestros hijos, los cargamos de actividades, les proporcionamos entretenimiento y así aniquilamos su imaginación y su creatividad. Si tu hijo o hija se aburren, sonríe, les estás ayudando a crecer.

5 comentarios:

  1. Desde luego, qué razón que llevas. Me ha encantado la entrada!

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  2. No sabes la de ideas que me estás dando y que empiezo a absorber cual esponja. Yo aún no tengo hijos, pero están en proyecto de aquí a muy poco y todas estas cosas que cuentas encajan con mis ideas de educación. Por cierto mi mujer ya te sigue también. Así que por aquí andaremos los dos :-)

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  3. Gracias Eduardo. Ya verás qué maravilla tener hijos y qué gran responsabilidad. ¿Qué tal tu primera novela?. Yo he publicado un cuento infantil y estoy contenta con el resultado. Ahora estoy inmersa en otro proyecto literario. Un abrazo

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    1. Pues sí, la verdad que estamos deseando tenerlos. Si cada vez que vemos un bebé se nos cae la baba a los dos...En cuanto a mi novela bien, publicarla fue un poco experimental, es algo que escribí hace la friolera de casi 20 años ya, cuando era un crío. Pero bueno la acogida ha sido bastante buena aunque no se ha distribuido mucho que digamos. Ahora estoy también embarcado en otra novela con un carácter muy distinto pero con mucho entusiasmo. A ver por dónde sale. He curioseado lo de tu cuento, tiene una pinta estupenda. Seguro que acabo leyéndoselo a mis futuros hijos. Suerte con este y con tu nuevo proyecto. Un fuerte abrazo

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