miércoles, 28 de septiembre de 2011

¿LOS QUIERES IGUAL?


Conviven dos hadas en mi casa. La hada pizpireta se ha posado sobre mi hija pequeña y la hada pitagorina y despistada ha desplegado sus alas sobre mi hija mayor. A cual más diferente, a cuál más quiero yo. Sólo 18 meses separan a mis hijas, se están criando y educando igual, con el mismo amor, con los mismos valores, con los mismos límites, con sus síes y sus noes.


Comparten el incondicional cariño de sus padres y juntas se protegen si la trastada ha sido sublime y se avecina tormenta. Se adoran. Una es el día y otra es la noche, la nobleza y la picaresca. Con una te tronchas con la otra te emocionas. Siendo más pequeñas, pitagorina se embobaba con la sirenita mientras pizpireta sólo quería ver Madagascar. Cuando se levantan, sus camas lo dicen todo: en una pareciera que no ha dormido nadie, intacta, en la otra te planteas que batalla campal se desarrolló allí por la noche. Pitagorina y Pizpireta se debaten entre los libros de Tea Stilton y las plastilinas, colores y carboncillos.


Algo habrá tenido que ver el orden de nacimiento, el lugar que ocupas en la familia. Contrastado está que es así, que nacer primero o ser el pequeño, ser niño o niña o ser el mediano condiciona tu personalidad y marca tu carácter. A pitagorina le hervía yo el chupete a la primera de cambio o corría al pediatra a la primera erupción. Todavía hoy, si tose, llamo al médico. Baby einstein, música clásica para dormir y cuentos a diestro y siniestro. Con pizpireta, ya con menos tiempo, si se ha caído el chupete pues un soplido y a la boca, si ha habido fiebre pues Dalsy al canto. No sé si me explico. Tan diferentes las dos que pese a que siempre estamos juntas, intento buscarles su espacio personal, darles su tiempo.


El otro día hablaba de esto mismo con mi amiga Vicky, mamá de familia numerosa con tres niñas y un niño. “La que más me preocupa es la tercera: no es la mayor, no es la pequeña y tampoco es el niño”. Recuerdo que yo una vez le pregunté a mi madre que a quién quería más, a mi hermana o a mí y me contestó con la siguiente pregunta: “¿Te duele si te cortas el dedo pulgar?”,claro contesté yo y ella volvió a preguntar “ ¿Te duele si te cortas el dedo índice o el corazón?”. Igual mamá contesté yo. Pues ahí está. Igual.

1 comentario:

  1. ¿los quiero igual?, la repuesta es no, los quiero diferente, a cada uno por ser quien es, si la pregunta es si los quiero por igual, en la misma cantidad e intensidad la respuesta es si.
    Tienes razon, todos duelen por igual.

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