lunes, 27 de febrero de 2012

Madres e hijas, una relación apasionada y visceral





Mamá se  fue ayer después de visitarnos unos días para celebrar el cumpleaños de su nieta más pequeña. Mi alegría es inmensa cuando llega y baja con su maleta las escaleras de la estación del AVE, su abrazo me reconforta como si todavía fuera una niña. Pero mi aflicción cuando se marcha me dura unos días. Las relaciones madre hija son quizás las más apasionadas y viscerales de las relaciones que toda mujer puede tener a lo largo de su vida. Del amor más profundo, a la rabieta más considerable, a la admiración, al respeto, a la frustración, a la gratitud, al rencor y a la negociación constante en esta relación es fácil navegar en el transcurso de nuestras vidas.

Yo la echo mucho de menos. Cuando era más joven también solía enfadarme mucho con ella, imagino que igual que lo harán mis hijas cuando alcancen la adolescencia. Como dice la socióloga Alicia Kaufmann: “ La sabiduría que viene con la edad, consiste en disfrutar más e irritarnos menos”. Cuántas veces me ha contrariado el consejo no solicitado que me daba mi madre porque lo que necesitaba yo era sencillamente aprobación y mostrar que ya no necesitaba protección y cómo ahora le pido consejo a todas horas.  Siempre necesitamos esa protección.

Si las hijas respondemos con tanta visceralidad a los comentarios de nuestras madres es porque sus juicios todavía nos importan y mucho. Yo he aprendido con los años a respetar más si cabe a mamá, a quererla y valorarla mucho más sobre todo desde que tengo a mis hijas. La respeto y la admiro profundamente. Ahora que nos hacemos mayores ella y yo, buscamos nuestro sitio, nuestra relación crece y evoluciona y se flexibilizan nuestros roles, me doy cuenta de la inmensa generosidad que hay en su corazón. En este momento de mi vida, me encuentro en el medio, abajo mis hijas de las que tiro con fuerza y a las que amo y educo para que un día vuelen, arriba mamá por la que soy hoy y a la que a partir de ahora extenderé mis brazos para cuidarla y mimarla cuando ella lo necesite. Te quiero mucho mamá.

2 comentarios:

  1. Precioso!!... de verdad.. ojalá yo llegue a sentir todo eso, algun dia..

    un abrazo

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  2. Hola Miri,gracias, vivo muy lejos de mamá y eso me hace añorarla mucho. Seguro que sí, ya lo verás. Un beso bonita¡

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