viernes, 1 de febrero de 2013

Cada cosa a su tiempo. Por la slow education




ilustración: Genevieve Godbout
Y de repente te van diciendo: "no mamá, ya me visto sola o no mamá, esta ropa no me gusta o quiero ir a casa de mi amiguita a dormir. Mamá, por favor, no te das cuenta de que ya me estoy haciendo mayor”. Retahílas de: “fulanito tiene móvil, menganita va a una fiesta de pijamas, relanita se acuesta mucho más tarde que yo y a noséquién le dejan ver ya pelis de supermiedo”.  Acabáramos. ¡Pues claro que me doy cuenta! Y me está costando un horror. Creo que era ayer que la acurrucaba en mis brazos y todavía no me he recuperado de las noches en vela y así, sin avisar, de golpe, se me está haciendo mayor. Raíces para crecer, desde luego y alas para volar, ya lo creo, ya lo sé y ya lo sabes, pero qué difícil es.
En estos tiempos trepidantes queremos educar de forma veloz, fraudulentamente ayudados por el entorno que  está haciendo que nuestros hijos se hagan mayores antes de tiempo. Los dibujos, la publicidad, los juguetes, todo está orientado a que nuestros hijos crezcan ya y eso no puede ser bueno. ¿Pero cómo te desvinculas?.  Mi pequeña Pizpireta  y sus amiguitas están seducidas por el mundo MonsterHigh y son muñecas y dibujos de monstruosas alumnas de instituto, adolescentes para un público infantil. Pitagorina vive bajo el sueño de Violetta, la nueva serie de Disney Channel que tiene enganchadas a todas las niñas.  Y nosotros los papis, ayudando.
“¿Cuándo vas a dejarme ir a dormir a casa de mis amigas?”. ¿Cuándo la voy a ver suficientemente mayor?. La vida social de nuestros  hijos se adelanta a la de sus papás, a veces incluso de ella derivamos la nuestra. Creo que es necesario más vida familiar, la social ha de venir de forma natural, a la edad apropiada. Las alas de nuestros hijos, vienen de serie, las llevan colocadas. ¿Por qué echarlos a volar antes de tiempo?, acortando su infancia, haciéndolos inmaduros, menos felices. Por favor, todo en su momento. Despacito, es más difícil, pero es mucho más bonito.  Tan de moda que se ha puesto la slow food y la slow city, sepamos valorar la slow education. 

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