domingo, 17 de febrero de 2013

Abuelas

Ilustración: Elina Ellis

Me acuerdo muchísimo de mi abuela Mercedes. Esta preciosa ilustración de Elina Ellis me la ha recordado. Para ser justos le faltaría su toquilla de punto. Nunca la vi sin su moño. Incluso cuando el pelo se le quedó más pobre que blanco, ella llevaba su moño elegante. Los ovillos de lana y las agujas de coser para hacernos bufandas de colores a mi y a mis numerosos primos. 
Mi abuela vivía con nosotros en casa como raras veces sucede ya, aunque viajaba con frecuencia a visitar a mis tíos y tías. Tenía 8 hijos y si alguno de mis primos se atreve que me cuente cuántos nietos y nietas. Nacho, Fernando, Carolina y yo eramos de los chiquititos. La recuerdo contándome historias de cuando era niña, de la guerra, del hambre, de cómo aprendió a coser, la recuerdo entre fogones, cocinando arroz del puchero, empanadillas y buñuelos de cuaresma. Me gustaba que me peinara y me llevara al cole, era mi más fiel defensora cuando mami se enfadaba conmigo. Sus abrazos eran insuperables y su presencia entrañable. 
Mis hijas adoran a su abuela, su yaya. Cuando ella llega a casa, llega otro amor más para mis hadas, otro incondicional y además totalmente libre de los miedos, temores y responsabilidades de nosotros sus padres. Los abuelos ayudan a nuestros hijos a construir su historia, a mantener su identidad. Adoro escuchar a mamá contando batallitas a mis hijas de cuando ella era pequeña y enseñándolas a confeccionar con trapos de cocina lindas muñecas con grandes ojos de botones. Y sé, aunque no debiera, de las confidencias que mis peques le hacen a su yaya. Me toca lidiar con su extra dosis de mimos, pero me parece que los abuelos son un tesoro incalculable para nuestros hijos. ¿No crees?

6 comentarios:

  1. Precioso, me ha recordado a la única abuela que conocí con la que tuvimos la gran suerte de convivir casi todo el año, recuerdo sus magdalenas, las enaimadas, la sobrasada con azúcar y todavía sigo aliñando las aceitunas aragonesas como la abuela, para deleite de mis hermanos y amigos. Los mejores recuerdos de mi infancia son los de los dos meses de verano en el pueblo en casa de la abuela. Todavía no me explico como podía con nosotros 5 y los "añadidos" a diario.
    Gracias por este homenaje a las abuelas Silvia.

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    1. Hola Cristina, tienes que contarme el origen de Cripky, seguro que tiene una historia fantástica detrás. Abrazos.

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  2. Entre los cojines de mi sofá siempre anda una manta de colorines que ella nos hizo en una de sus escapadas a Sevilla. Su foto, cerca del televisor, me hace mirarla y recordarla cada día. En otro mueble del salón se puede ver un recuerdo de ella, conmigo entre sus brazos, cuando aún no era yo capaz de dar un paso. Yo tenía mis abuelos paternos en Sevilla y los veía muy a menudo, semanalmente, pero cuando arribaba a Andalucía mi abuela Mercedes, eran días muy especiales para mí, ya que siempre se quedaba con nosotros en casa. Yo era su Fernandito y sé que me tenía un cariño especial, como a cada uno de los primotes chiquititos que ha nombrado la dueña del tunel, incluida ella misma.

    Un beso primota, y mil gracias por hacerme partícipe de este tunel maravilloso.

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    1. Siempre me dicen que tú y yo eramos de sus favoritos... vamos, los más mimados de la historia de las abuelas. Un beso gordo para ti. Sabes que te quiero mucho.

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  3. Precioso prima este homenaje a nuestra querida abuela!!!! Aunque somos muchos los nietos que tenía y a mi "no me hayas nombrado" ,cada uno de nosotros guarda su recuerdo especial, algún momento único y un cuento y una canción en la memoria...

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    1. Primuchiiii..... Un beso gordote. Gracias por seguir mi túnel

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