domingo, 4 de noviembre de 2012

Lluvia de noviembre

Ilustración: Laura Wood
Me gusta la lluvia. Te obliga a ir más despacio, te refugia bajo el paraguas y te obliga a abrazarte a ti misma. Un día gris y lluvioso te invita a una taza de té caliente, te sugiere las ganas de llegar a casa, de ponerte cómodo, de cambiarte la ropa mojada. 

Te pide un caldo caliente. La lluvia te calma y te piensa, reflexiona contigo. Y si cuando llueve es domingo y estás en casa, te sientes inevitablemente afortunada de encontrarte a salvo, con los tuyos, amada tras los cristales, arropada en el sofá por una manta mullida, con un libro que te espera, una película de sobremesa, un ligero sueño de tarde. 

Las hadas del túnel disfrutan también de un día pasado por agua. Bueno, las hadas del túnel disfrutan de todos los días, indistintamente de la estación del año, será que ellas llevan esa magia, esa luz que colorea cualquier día por muy gris que sea, por muy frío que se aventure. Una merienda de chocolate, un puzzle en la alfombra del salón, una sesión de pelu para las muñecas o un teatro inventado para dos invitados ilustres como son papá y mamá y qué me dices de una sesión de cine en casa  con muchas, pero muchas palomitas. ¡Y todo eso sin quitarnos el pijama!

Me gusta. Definitivamente me gusta que llueva. 

Feliz tarde de lluvia de noviembre mis queridos paseantes.

1 comentario:

  1. Estoy contigo. Me encanta la lluvia y siempre me ha encantado. Eso sí que me pille por favor con el paraguas en la calle...aunque tampoco me importa mojarme un poco ;-)

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