martes, 16 de octubre de 2012

La escuela a examen

Ilustración: Marta Álvarez

Curiosamente esta semana he leído dos reportajes sobre educación, uno en El País, otro en ABC, que hablaban sobre el fracaso escolar en España y el éxito de la educación en Finlandia. Te dan ganas de salir corriendo. Que me perdonen mis queridos amigos maestros asiduos al túnel pero qué hacemos tan mal nosotros y por qué insistimos en copiar el mal ejemplo y no el bueno.

Aunque a su favor he de decir que no podemos culpar del fracaso escolar sólo al sistema educativo. El fracaso escolar, sin duda, está de la mano de nuestro malísimo sistema laboral y de su repercusión en las estructuras familiares. Vamos a ver, resulta que en países como Finlandia sólo la mitad de los niños de hasta seis años acuden a las guarderías y empiezan el cole alrededor de los siete años. Obviamente eso pueden permitírselo por un entramado de ayudas económicas y permisos laborales para madres y padres y hasta para abuelos que aquí ni soñamos. Primer punto que llamó mi atención.
La lectura es la base de sus sistema, por eso son cracks en matemáticas porque aprenden a razonar, comprenden lo que leen y asimilan para resolver. Hasta aproximadamente nuestro quinto de primaria no se les evalúa numéricamente porque no se considera óptimo hacer crecer rivalidades ni competencias tempranas y mucho menos frustración. Segundo punto que llamó mi atención.

Un profesor de primaria tiene tanto o más prestigio que un cardiólogo o un juez. Su acceso a la carrera es durísimo, aseguran que de las pruebas más duras de país y la licenciatura de las más exigentes, la vocación para afrontarla es crucial. Tercer punto que llamó mi atención.
Se educa en la excelencia y no en la mediocridad. Quiere decir que no se ralentiza una clase porque algunos no están al mismo nivel, a los que tienen dificultades  se les ayuda para que alcancen los niveles de sus compañeros. Cuarto punto que llamó mi atención.

Los horarios laborales permiten a la familia “estar, ser y compartir”. El colegio forma, la famila educa y luego los dos deben complementarse. Por ahí pienso humildemente que deberíamos repensar en lo que está fallando. Por otro lado, veo cómo mi hija estudia más o menos como estudiaba yo y eso no puede ser. Si la sociedad ha avanzado vertiginosamente, ¿por qué se queda la escuela atrás?. Y si sabemos qué es lo que falla y conocemos el éxito de otros , ¿por qué no copiamos lo bueno?.

Sé que este post se queda cojo. Podríamos hablar largo y tendido del tema. Disculpadme, yo sencillamente soy una mamá preocupada por los éxitos y fracasos de la escuela, donde mis hijas se forman para afrontar su mañana y que incierto se ve todo, ¿no?,



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