martes, 27 de marzo de 2012

Infancia, La Edad Sagrada


“La Paz sobre la tierra empieza en el vientre de la madre”, afirma rotunda la escritora brasileña Evania Reichert que anda estos días por España promocionando su libro Infancia, la edad sagrada (Ediciones La Llave). Hace tiempo que no cae en mis manos un libro sobre crianza, los leí y mucho cuando nació Pitagorina y así devoré los más que conocidos Bésame mucho, Qué esperar cuando se está esperando, Doctor Spock, mi niño no me come, no me duerme, etc. De todos ellos saqué mis propias conclusiones, con unos estaba más de acuerdo que con otros y, al final, como siempre digo, a ser madre te enseñan tus hijos. Pero en líneas generales, si me preguntas, yo defiendo cien por cien la crianza con apego, es que no la concibo de otra manera.
He leído con interés la entrevista que La Vanguardia realizó a la autora; son varias las revistas que se hacen eco de su libro y es por lo menos muy interesante el artículo que le dedica la revista Mente Sana. Así, Reichert habla sobre “la desnutrición emocional de nuestra sociedad”. Cómo de importante es el apego y la presencia afectuosa de los padres en los tres primeros años de vida y la involución que sufrimos los países ricos que hemos adoptado el modelo a distancia de crianza anglosajón. Ante la imposibilidad de una conciliación real, muchas familias no tienen más remedio que dejar a sus pequeños con 4 meses en la guardería. Estamos recortando infancias y adelantando una madurez que no se corresponde a la edad de nuestros hijos. 

 Me llama la atención que en el país de la autora, Brasil, no sin una dura lucha detrás han conseguido seis meses de baja maternal, que si bien dista mucho de los dos años de Suecia ya quisiéramos nosotros. Los gobiernos de turno, indiferente sus colores, luchan por tener más guarderías. “Tenemos que conseguir el 90% de escolarización de  0 a 3 años”, decían no hace mucho y los grandes empresarios abogan por construir guarderías en sus centros de producción. Pero vamos a ver, es que nadie se da cuenta de que cuestan más las bajas por depresión que por maternidad. Cada vez tenemos más niños diagnosticados con hiperactividad, estrés, depresión y un alto fracaso escolar. ¿Podemos invertir un poco más de tiempo en la crianza de nuestros hijos?, ellos son la base de una futura sociedad más sana.

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