sábado, 1 de septiembre de 2012

Septiembre. Feliz nuevo curso

ilustración de Andrew Lyons




A mis treinta y tantos todavía me siento una niña. Hoy es uno de septiembre y para mí empieza el año. Como los colegiales yo me preparo para el nuevo curso y como mis hijas con sus lápices nuevos yo también me ilusiono con nuevos proyectos.

Eso no impide que no sienta cierto vértigo y cierta nostalgia. Cuando abrí las puertas del túnel del hada mis hijas tenían cinco y siete años. Un blog sobre maternidad, sobre familia, un blog personal donde caben las cosas que me interesan, que me cuestiono, que admiro o me provocan. Hay muchos blogs en la red, algunos realmente buenos pero casi todos ellos para mamás recién estrenadas o para padres con niños de edades tempranas. 

Yo quería hablaros, quiero seguir hablando de otras etapas, de las que llegan cuando dejamos los chupetes, los pañales, cuando pasamos de la cuna a la cama, de las que ya han dejado atrás la lactancia materna. Pizpireta y Pitagorina tienen 6 y recién estrenados 8 años ahora, la pequeña deja educación infantil y se aventura en primero de primaria y la mayor va a cursar tercero.

El verano ha pasado como un torbellino. Hoy ya refrescaba la mañana. Crecen. Han crecido mucho. Me lo dice la ropa que les pruebo y no les vale y me lo dicen ellas con sus preferencias a la hora de jugar, con nuevas preguntas que nos dejan a su padre y a mí con eso de “¿contestas tú o contesto yo?”. Ya sabemos patinar en línea, montar en bici, nadar como Michael Phelps, leemos estupendamente, comemos casi de todo y hasta nos duchamos solas. Y a mi me entra pues eso, la nostalgia. Porque ya casi no puedo con ellas, yo, que siempre las he subido a caballito  para llevarlas a su cuarto a dormir, cada vez me cuesta más. Y hasta me cuestiono darles un nuevo hermanito y entonces la voz de la coherencia que es la de mi marido me dice: “También si viene un tercero, crecerá.” Ya no huele mi casa a mustela, ni a toallitas húmedas. Ya no vemos los lunnis, “eso es para pequeños, mami”. Nos gusta Maldita Nerea y cantamos canciones de Pablo Alborán. Los espejos se han vuelto aliados de mis coquetas hijas que ahora sí quieren ponerse eso y no eso otro que quiero yo.

Así que me digo a mi misma que este curso va a estar cargadito de otras etapas, nuevas, divertidas y que voy a seguir compartiendo con vosotros en el túnel. No hay nada más bonito que verlas crecer. Feliz primer día de septiembre, feliz nuevo curso. 


2 comentarios:

  1. Bonita reflexión. Mi madre siempre dice que ella ha disfrutado de todas las etapas de sus hijas (mi hermana y yo, se entiende), que todas traen retos nuevos, ilusiones y motivaciones. Sin excepción. Ahora, dice, también disfruta de que seamos adultas, de conversar con nosotras, de ver crecer a sus nietos...La maternidad no se acaba con los biberones, como tú muy bien señalas.
    Muy sabio tu marido: "también crecerá!". Mmmm, aún recuerdo la sensación de nostalgia que se tiene cuando estás con tu bebé de 2 meses en brazos y ves a una mujer embarazada o con un recién nacido...y eso que el bebé tiene 2 meses! La nostalgia es un sentimiento hermoso, pero no nos puede nublar la visión de la maravilla del momento, verdad?

    Un gusto leerte, como siempre :)

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    1. Kym, preciosa respuesta la tuya¡¡. La nostalgia señala, sugiere, supone que hemos "sentido " y eso me encanta. Pero sí, a seguir disfrutando de cada etapa. Me alegra mucho tenerte de vuelta por el túnel. Un beso grande.

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