viernes, 4 de mayo de 2012

Ahora corren buenos tiempos para mi. Llegará ese día.

ilustración de Mónica Carretero


Sonará un portazo y una de vosotras se refugiará en la intimidad de su habitación con la fuerza de un adolescente corazón que no entenderá por qué mamá no me deja salir hasta más tarde, por qué no puedo irme de fin de semana con unos amigos que no serán los más adecuados, llegarán las temidas notas y los “no quiero ir de vacaciones con vosotros”. Llegarán esos días. Saldréis las dos un día de casa con la melena resuelta y los ojos vibrantes, con todo por hacer, con hambre de mundo, sin miedo, con fuerza. Llegará ese día.

Mientras, ahora corren buenos tiempos para mí, porque llenáis mi vida de risas, me empacháis de besos, no me faltan nunca abrazos y sois decididamente mi hogar. Dos razones de peso que me tiran de la cama cada mañana. En el desorden de vuestros juegos, en el alboroto de las comidas, en nuestros pequeños ahora desencuentros por eso de “poneos las zapatillas, cepillaos los dientes, vamos, vestiros rápido que llegamos tarde, comparte con tu hermana o por favor dejad de poneros mis pinturas ¡y mis zapatos!.... niñaaaaaaas!!!!, me hacéis desorbitadamente feliz.
Llegará el día que soltaré vuestras manos, vuestras pequeñas manos, casi iguales siempre entrelazadas a las mías, una a cada lado. Al cole, de compras, de paseo, para ir a la cama, siempre entrelazadas. Llegará ese día.  Cuando os deis cuenta de que mami no lo sabe todo, tiene miedos, retos sin alcanzar, cuando sepáis que mami también se equivoca, sabed simplemente que os quiero muchísimo y que me hacéis fácil la difícil tarea de ser madre.

Llegará el día en el que tenga tiempo de leer un libro sin interrupción, en el que vuelva a levantarme de la cama cuando me despierte, que no tendré que romperme la cabeza con menús nutritivos, se me olvidarán de nuevo las tablas de multiplicar y podré ver cine en vez de a bob espona. No tendré que pintar las paredes de casa cada año y los armarios estarán impecables, seguro que no me desesperaré al tropezarme con veinte pin y pons en la escalera y volveré a viajar. Entonces, ese día, seguro, echaré de menos éste.
Por eso, ahora que sois tan pequeñas y que sé aunque no deba que habéis escondido vuestros regalos para el día de la madre debajo de la cama “que no debes limpiar, mami”, que no cambio arroparos cada noche por nada del mundo. Sois, las dos, el mejor regalo del mundo

5 comentarios:

  1. Gracias Mónica¡¡¡. Somos tres fans incondicionales de tu ilustración y en la que ilustra la entrada quisiera verme mañana con mis princesas¡¡¡.Un beso para ti.

    ResponderEliminar
  2. Me has emocionado, demasiado, Silvia!!! Qué entrada tan bonita, tan bella, tan emotiva, tan sentida...y compartida! Cuánta razón tienes en todo lo que escribes, y no tengo nada más que añadir. Precioso!!

    ResponderEliminar
  3. ¡Me haces llorar y reir!, ¡eres genial!. Besos.

    ResponderEliminar
  4. Muchas gracias Kym¡¡¡. Un beso grande para ti. Silvia

    ResponderEliminar
  5. Mer¡¡¡¡, me alegra saberte por el túnel. Un beso preciosa¡. Nos vemos prontito¡¡¡

    ResponderEliminar