martes, 21 de agosto de 2012

La vida que respiramos, en la que andamos ahora

ilustración: Elina Ellis
Sentada a pie de playa, con la arena pegada a mi piel y el agua bañando mis pies. Con la brisa dorando mi rostro, con el pelo ondulado de sal. Así quiero estar yo, así estaba hace unos días. Todo el año esperando un momento que luego pasa como un sueño ligero.

 Llegas a casa y lo primero que tienes que hacer es lanzarte al súper porque tu nevera ha sufrido un atraco y ¿qué encuentras?, pues la vuelta al cole. Estanterías repletas de mochilas, libretas, colores, carpetas y un largo etc. Sufro un ligero shock, me pasa lo mismo que cuando luego en septiembre me encuentro con las cajas de mantecaos y el turrón de chocolate.

 Me pregunto por qué nos empeñamos en vivir los momentos aceleradamente. En verano pensando en Navidad, haciendo planes futuros. Pensando qué vida viviremos sin disfrutar del momento, de la vida que respiramos, en la que andamos ahora.

Bueno, no sé si me has entendido. Este post me ha salido espontáneo por el calor sofocante que soportamos estos días. Pirrada como estoy por la ilustración (cómo me habría gustado haber nacido tocada por ese don), aquí os dejo una preciosas y refrescante ilustración. Si no tienes cerca el mar, siempre puedes darte un chapuzón en la piscina, un manguerazo o una ducha fresquita.  Un beso desde el túnel


ilustración de Marie - Eve Tremblay


1 comentario:

  1. Es cierto que en el mundo que vivimos y nos hemos creado a nuestro alrededor siempre tenemos puestos los ojos en el mañana y nos cuesta disfrutar del momento. Todo son carreras, prisas, horarios...
    Y luego miramos con ojos extrañados a esos que viven el momento. Yo también quiero vivir esos momentos de paz y sosiego y que luego no me parezcan un sueño...

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