miércoles, 18 de julio de 2012

Abuelos y la maldita tijera de los recortes

imagen: Alicia Varela
Se acaba de anunciar el cierre de uno de los centros de atención a la tercera edad de mi localidad. Un recorte más. Unas cuantas personas más al paro, unos cuantos ancianos más en la soledad de sus casas. Muchos de nuestros mayores llegan solos a esa etapa de sus vidas, otros tienen la suerte de contar con sus familias pero éstas tampoco tienen los recursos económicos para poder aportarles más calidad de vida en ese último recorrido: fisioterapeutas, podólogos, dietistas, auxiliares clínicos, médicos a incrementar las listas. Y, por poner nombres, la abuela Juana, don Fernando y sus amigos se quedaran sin sus días acompañados, sin una tarde de cartas e historias de posguerra. Quién preparará la comida a doña Josefa, sin movilidad, o ayudará a recordar al abuelo que pierde la memoria sin esos juegos orientados. 
En fin. Me produce tristeza. No sólo por mi buena amiga Ángeles que pierde su empleo, sino por esos ancianos que ahora quedan a su suerte. ¿Es que no hay otro sitio en el que meter la maldita tijera?.
Desde el túnel pido que no olvidemos a nuestros mayores y enseñemos a nuestros pequeños a respetarlos como merecen. 

martes, 17 de julio de 2012

Para no dejar de leer o para empezar en: Cosas bonitas que me encuentro


Siempre me cautivan mis amigos de Bibliopeque. Mirad cuántas razones he encontrado en su web para no dejar de leer o para empezar….



Se puede... 

leer para pasar el rato o leer para aprovecharlo
leer para recordar o leer para olvidar
leer para huir o leer para encontrarse
ilustración de Alicia Varela
leer para amar y leer para odiar
leer para releer o leer para no leer más
leer para crear o leer para destruir
leer para pensar y leer para desconectar
leer para aprender y leer para desaprender
leer para ensimismarse o leer para compartir
leer para ocultarse o leer para mostrarse
leer para perderse o leer para encontrarse
leer para diferenciarse y leer para identificarse
leer para reafirmarse o leer para contradecirse
leer para crecer y leer para sentirse pequeño
leer para ganar tiempo y leer para perderlo
leer para contemplar o leer para vivir
leer para divertirse y leer para aburrirse
leer para informarse o leer para aturdirse
leer para después expresarse o leer para callar
leer por necesidad y leer por placer
leer por querer vivir o por estar harto
leer por pasión o leer por convicción
leer por imitar o leer por innovar
leer por obedecer y leer por rebeldía...


José A. Gómez en Palabras por la lectura.

Los niños también necesitan rutinas en verano



imagen: álbum personal del túneldelhada
Que el verano es largo y cálido cobra fuerza si tienes niños en casa. Y hasta que llegan las vacaciones de los papás o te organizas, o más te vale solicitar el ingreso voluntario en un balneario de descanso. Cierto que existen miles de alternativas: campamentos, ludotecas, escuelas de verano, deportes organizados, abuelos y otros parientes. Todavía así, sabes que los días no se acaban hasta entrada la noche y las pilas de estos enanos que circulan por casa se recargan al instante.

Más de una buena amiga mía se tira de los pelos porque “no sé qué hacer con ellos todo el día”. A mi me encanta el verano, se me pasa en un abrir y cerrar de ojos e intento disfrutar de las hadas al máximo. Eso sí, aunque mucho más flexible en horarios y rutinas, sigo manteniendo un cierto orden. Por si puedo ayudarte, te cuento:

Las pequeñas se levantan antes de las nueve y media porque no se acuestan excesivamente tarde. Si no les apetece dormir, leen, porque sus papis también necesitan tiempo para ellos. Los desayunos son relajados y al terminar  todas las mañanas, a primera hora, hacen un poquito de tarea. Saben que el día es para ellas después. A la piscina, a hacer manualidades, a jugar libremente a lo que les place. El verano es un buen momento, dependiendo de su edad, de incentivarlos a colaborar más en casa: poner y recoger la mesa, hacer su cama, doblar su ropa y ordenar sus juguetes es “de mayores” y les encanta.
 En mi casa, las hadas no duermen siesta pero sí están obligadas a descansar después de comer. Es en ese momento cuando les dejo ver tele. Después a merendar, a bañarse, a jugar, montar en bici o en patines y sencillamente a disfrutar libremente del verano. Y es que recuerda, si se acuestan muy tarde es porque los papás les dejamos, si ven la tele a todas horas es porque los papás les dejamos, igual con las consolas. De nada sirve eso de “no ha leído en todo el verano, no ha querido hacer nada”. Son pequeños y siguen necesitando  un poco de rutina alterada, aunque sea verano. ¿Qué opinas tú?

lunes, 9 de julio de 2012

"Cuéntame un cuento, ¡yo te lo pinto¡". Ya disponible en tiendas Amazon

Queridos lectores del túnel. Me complace contaros que sí, ¡¡¡¡¡¡sí¡¡¡¡¡¡, se acaba de publicar mi primer cuento infantil y ya está disponible en tiendas Amazon para kindle edition. "Cuéntame un cuento, ¡yo te lo pinto¡ es un precioso álbum ilustrado que hará las delicias de los más pequeños de la casa.
Desde éste, mi rincón, daros las gracias a todos los que paseáis conmigo entre letras.

Este cuento está dedicado a mis preciosas hijas, mis hadas Pitagorina y Pizpireta. A mis padres, que no han dejado un momento de creer en mi y a mi amor que siempre dice "adelante". Y es un guiño a mi hermana y a todas las hermanas que comparten ese vínculo tan especial. 
Las geniales ilustraciones de este cuento son obra de Enrique Tortosa del Toro al que agradezco paciencia, cariño y profesionalidad. 

viernes, 6 de julio de 2012

Everythig is going to be amazing. Ellas patinando y su mamá también


Cuando las hadas se instalan en mi túnel a tiempo completo, las musas suelen abandonarme. Pitagorina y Pizpireta revolotean por casa desde que se levantan hasta que se pone el sol. Y aunque sus papás no están todavía de vacaciones, ellas sí. Desayunos largos, playeras en los pies, todo el día en traje de baño, tardes de siesta y bicicleta. 
Qué preciosa edad la de mis hijas, qué bendición sentir que disfrutan de una feliz infancia. Hace un par de veranos aprendieron a nadar, el pasado, la más pequeña a montar en bici y éste ya van camino de convertirse en expertas patinadoras. Y su mamá también. No, dije cuando me lo propusieron pero recordé cómo mi madre aprendió a montar en bici con treinta años para pasear conmigo y mi hermana y qué orgullosa me sentí entonces de ella.
Me he colocado unos patines en línea y si bien no tengo los mismos reflejos que mis hijas que parecen haber nacido con ellos puestos, ya me voy defendiendo. Nos hemos apuntado las tres a un curso estupendo de patinaje y lo estamos pasando genial. Perdonad si no escribo con más frecuencia este verano, voy sobre ruedas con las hadas todo el día. 
Feliz verano.